Siempre estaba un segundo más adelantado en el tiempo que el resto de los jugadores, su capacidad de reacción era increíble, la cual, acompañada de unas condiciones físicas excelentes, y un disparo envidiable, lo hacían un delantero muy completo. Durante la etapa carolingia, el condado estuvo dirigido y gobernado directamente por el conde, que se ayudaba por un vizconde, mientras que las cuestiones de gobierno local de la ciudad las administraba un vicario (veguer), que también regía en el ámbito militar y la dirección de los alguaciles.