En las retransmisiones en su estadio, se le puede ver al final de los partidos al acecho, en el túnel de vestuario, a la espera de la prenda que aún le falta, tras haber acordado la entrega previamente con el jugador de turno. Estos días se ha acercado a los centros de entrenamiento de su club, donde tiene instalado el campamento la selección italiana, inesperado (e inoportuno) rival de España en los octavos de final.